“Chile, comparado a otros países, no tiene buenos resultados en términos de innovación si comparamos la inversión que realiza en esta materia”, señaló Eduardo Vilches, del equipo de abogados del estudio Cariola Díez Pérez-Cotapos durante una presentación realizada en la sede Santiago de la Universidad Autónoma de Chile.

La experiencia internacional da cuenta de que el trabajo de investigación que se genera no se transforma en títulos de protección, patentes, obras protegidas por el derecho de autor, indicaciones geográficas u otras formas. “Para lograr eso, se necesita un ecosistema normativo que genere las condiciones propicias”, subrayó.

Eso es lo que busca el nuevo Reglamento de Propiedad Intelectual de la Universidad Autónoma de Chile, impulsado por su Dirección de Innovación y Transferencia, pronto a publicarse y que incorpora buenas prácticas nacionales e internacionales.

Por un lado, reconoce los derechos morales de todo autor de obras e invenciones que puedan estar amparados por la ley de Propiedad Intelectual, independiente de su relación con esta casa de estudios.
También regula la atribución de titularidad sobre los derechos de propiedad intelectual e industrial de las obras e invenciones generadas en la Universidad Autónoma de Chile por miembros de su comunidad y/o en colaboración con entidades externas, reconociendo en ese contexto la titularidad de las obras intelectuales de los estudiantes de pregrado.
Norma además la interacción entre los procesos de cesión y licenciamiento con el objetivo de permitir que la Universidad pueda utilizar y difundir los resultados generados en actividades de Investigación, Desarrollo, Innovación y Transferencia (I+D+i+t).

Incorpora también un reglamento para el uso de herramientas de inteligencia artificial (IA), un protocolo de conflicto de intereses y un reglamento para la creación de empresas de base científico tecnológicas.
En la actividad, el director de Innovación y Transferencia de la Universidad Autónoma de Chile, Víctor Sierra, destacó que “comenzamos con la socialización de este instrumento, que fue desarrollado con apoyo legal externo y que significa un notable avance para promover la innovación en todas las áreas del conocimiento que son abordadas por la universidad, de todas las Facultades y en cada una de las sedes, con un marcado énfasis en el trabajo con el entorno territorial y nacional buscando el beneficio social”.

Añadió que el nuevo reglamento de Propiedad Intelectual es totalmente compatible con los desafíos institucionales vinculados a la transparencia en investigación, ciencia abierta, innovación abierta, equidad de género y ética.

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