Desde muy pequeña, Marcela Rubilar tuvo cercanía con mascotas; ya más grande, su madre le inculcó el sentido de la protección. Así, su vínculo con los animales domésticos pasó de ser una distracción cotidiana, a un sentido más profundo de acompañamiento y cuidado.

Hoy, con 20 años de edad y cursando tercero de Terapia Ocupacional, es una voluntaria activa de Fundación de Protección Animal, PROANI, de la comuna de San Miguel.

Su capacidad de liderar y desarrollar iniciativas transformadoras, que refleja su interés por la acción social, fue una de las razones que motivaron a esa casa de estudios a distinguirla con el premio “Espíritu solidario”.

Santiago PROANI RSU premio Espiritu Solidario“Recibo este galardón con mucha humildad”, dijo con evidente emoción. “Mi trabajo con PROANI es desinteresado; nunca con un propósito de recibir algo a cambio más que la satisfacción personal de contribuir a mejorar la calidad de vida de los perros abandonados y maltratados”.

Por eso mismo, nunca pensó en que podría ser reconocida por su universidad, a pesar de que ha ido sumando cada vez a más alumnos del campus El Llano Subercaseaux, con quienes formó PROANI-UA al interior de esa casa de estudios.

La fundación mantiene caniles con capacidad para 40 perros, todos sin dueño y en malas condiciones. Ella se encarga de entretener, alimentar y cuidar.

Santiago PROANI RSU premio Espiritu Solidario 2 1“Desde los 16 años he colaborado con distintas organizaciones comunitarias de La Cisterna”, recordó. “El 2015 me enteré que PROANI buscaba voluntarios para una colecta; me inscribí y desde entonces he participado siempre”.

Tanto fue su interés, que rápidamente comenzó a difundirlo entre sus compañeros de carrera. Hoy ya son más de 15, no solo de Terapia Ocupacional sino de Derecho, Ingeniería Comercial y Kinesiología.

“Caminar por la calle y ver un perro en mal estado me da mucha pena y siento una satisfacción enorme cuando veo que puedo cambiar en algo esa realidad. Ellos también sufren y se les nota”.

La Coordinadora de RSU y Voluntariado de la Universidad Autónoma de Chile, Alejandra Cofré, destacó que Marcela refleja parte de la impronta que esa institución de educación busca plasmar en sus alumnos.

“Formamos profesionales competentes en sus disciplinas, pero que también sean sensibles respecto de su entorno y, de ese modo, ejerzan un liderazgo activo para transformen esa realidad. Ella ha tenido la convicción de convocar a otros voluntarios en torno a una causa común, que es la protección de los animales abandonados”, precisó.

 

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