Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile es el sexto país con mayor número de suicidios en América Latina, reportando el año pasado 10 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que en el Región del Maule, la Seremi de Salud, en su trabajo de vigilancia sobre esta temática, reportó el año pasado más de tres mil casos de lesiones autoinflingidas, cifra que en lo que va del año ya supera las mil 500 notificaciones.
Dado este escenario, la Universidad Autónoma de Chile generó, en coordinación con la Seremi de Salud y el INJUV, un programa de capacitación que comenzó en el mes de junio y en el que participaron 43 estudiantes universitarios, lo que recibieron diversas herramientas que les permiten reconocer las señales de alerta, factores de riesgo y de protección, grupos en mayor vulnerabilidad, además de saber cómo reducir el estigma y actitudes favorables a la prevención, junto con competencias para abordar la primera respuesta y la derivación oportuna.
Ese grupo de estudiantes se certificó como la primera generación de monitores en prevención del suicidio en una emotiva ceremonia en que participaron autoridadades universitarias, así como también de Salud e Injuv, quienes destacaron el aporte que pueden realizar estos jóvenes en un tema de alta urgencia.
«El abordaje de este tema en la comunidad universitaria es fundamental para trabajar en forma preventiva. La capacitación recibida por este grupo de estudiantes no solo les permitirá adquirir conocimientos, sino también ayudar con más seguridad y confianza a amigos o compañeros que logren detectar oportunamente a través de espacio de conversación, contención o compañía», destacó el director corporativo de VidaUA de la Universidad Autónoma de Chile, Ignacio Osorio.
En esa línea, la directora regional del INJUV, María Belén Aguilera, señaló que la institución está trabajando fuertemente las temáticas de salud mental, derivado de la Décima Encuesta Nacional de la Juventud, que mostró que las problemáticas en este ámbito van en aumento y profundidad sobre todo ligadas a la ansiedad y depresión, las que en términos más negativos derivan en instinto de suicidio o directamente en ideación suicidia. «Desde ahí estamos realizando estos talleres en coordinación con el Ministerio de Salud para que los jóvenes tengan más herramientas para enfrentar estas situaciones, saber identificar cuando estamos llegando a ciertos límites y qué podemos, conocer que existen herramientas y tratamientos, pero también enfrentarse a la situación de conocer a otros que tengan esta problemática y cumpliendo un rol comunitario y social hacernos cargo de una manera integral», dijo la autoridad.
Por su parte, el representante de la Seremi de Salud, Luis Carrasco, jefe del Departamento de Salud Pública y Planificación Sanitaria, reforzó la idea de la importancia de hablar de suicidio y es relevante que los «facilitadores comunitarios entiendan que es una capacitación que les sirve íntegramente y ayuda enormemente en el ciclo vital de las personas el saber escuchar, el saber identificar casos, el saber acompañar porqpuede salvar la vida de otra persona», sostuvo.
Finalmente, la estudiante de Psicología, Karla Vallejos, calificó la capacitación como «muy enriquecedora», agregando que es «fundamental adquirir estas capacidades, conocimientos y técnicas para poder prevenir un tema tan relevante como lo es el suicidio», concluyó.