Actividad tuvo como objetivo reflexionar sobre los procesos de evolución y apertura de la matrícula en Brasil, México y Argentina, así como las consecuencias en la composición del estudiantado: ¿Qué efectos ha tenido en la democratización de la educación?, ¿Quiénes son y que características tienen estos “nuevos” universitarios? O ¿Cómo se integran al sistema? Son algunas de las preguntas que surgen a partir de las experiencias de los investigadores internacionales.

«Aunque estamos cerca geográficamente, tenemos casos radicalmente distintos en términos de configuración del sistema universitario, del tipo de matrícula, las leyes vinculadas, entre otros aspectos, lo que hace muy interesante las comparaciones que podamos realizar» señaló la Dra. María Luisa Da Rocha, moderadora del Seminario Diversidad e inclusión en la Educación Superior Latinoamericana: los casos de Brasil, Argentina y México realizado el miércoles 10 de enero en el campus Providencia de la Universidad Autónoma de Chile.

La investigadora del Doctorado en Ciencias Sociales agregó que «la idea de esta iniciativa era mostrar que, aunque exista un proceso de masificación global, esta masividad no ha llegado de la misma manera a todas las poblaciones. Esta amplitud no es lo mismo que democratización, siguen existiendo desigualdades en el acceso».

Según los datos presentados por la Dra. Cecilia Adrogué de la Universidad de San Andrés, Argentina, el país trasandino, aunque cuenta con acceso irrestricto y gratuidad en los estudios, esto no ha permeado a todos los sectores de la misma manera.

La investigadora realizó un estudio sobre los factores asociados con las expectativas de estudiar una carrera universitaria que concluye que existen diferencias significativas según sexo, tipo de gestión del establecimiento educativo del que provengan (público o privado) y la posición que ocupa en la estructura social.

«La gratuidad no asegura, al parecer, el acceso transversal a la universidad, existen otros factores asociados. En este sentido es relevante destacar la necesidad de incorporar más información disponible entre los alumnos de la escuela secundaria, para aportar en la disminución de la brecha de desigualdad social en la elección del futuro educativo de la juventud» declaró la académica argentina.

En el caso de la masificación de la enseñanza superior brasileña ésta se ha dado, como señaló el Dr. André Pires de la Universidad de Sorocaba (UNISO), principalmente por políticas públicas de financiación e inclusión de estudiantes con características socioeconómicas desfavorables, pero que reforzó las desigualdades horizontales, marcadas por la segregación en etapas anteriores de la educación.

El 88% de las instituciones de enseñanza superior son privadas y solo cinco de ellas el 2022 concentraron el 27% del total de matrículas. «La ampliación es impulsada por el sector privado, pero con una relación de dependencia del sector público, gracias a la formulación de diversas leyes que buscaban mayor igualdad de acceso» explicó el Dr. André Pires.

A nivel macro, la masificación presenta varios desafíos, pero también lo es en contextos sociales y culturales particulares como el caso de los jóvenes indígenas mexicanos, abordado por la Dra. Lorenza Villa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien presentó sobre los procesos de integración y las percepciones de este grupo en temas de mérito y excelencia.

«Las políticas de discriminación positiva promueven la inclusión funcional de los estudiantes indígenas a la vez que los invisibiliza, ya que permite el ingreso, pero para mantenerse deben adaptarse» complementa la investigadora. 

Integración universitaria

La actividad se enmarca en el tercer año de ejecución del Proyecto FONDECYT Regular 1210555: Las universidades privadas de masas y los procesos de integración universitaria y movilidad social en el Chile contemporáneo, el que reflexiona sobre las vivencias y percepciones sobre el mérito, las desigualdades y dificultades de los estudiantes universitarios

«Hicimos un análisis en el tiempo de cómo ha cambiado el sistema universitario chileno, específicamente las universidades privadas, las que han avanzado notoriamente en su complejización: incorporación de académicos con doctorado; aumentando la investigación; y actividades de vinculación con el medio para ganar calidad» explicó la Dra. María Luisa Da Rocha.

En una segunda etapa se analizó específicamente cómo se insertan los estudiantes en estas universidades, «las que acogen a alumnos que son primera generación de profesionales de sus familias, principalmente de clases medias o bajas, y que, por lo tanto, no es el perfil tradicional» agregó la investigadora de la Universidad Autónoma de Chile.

En este sentido, a través de entrevistas en profundidad, se analizó no solo el complejo proceso de integración, sino también las ganancias debido a su paso por el sistema universitario, «las que van más allá de tener una mejor posición que sus padres, que es importante, pero ganan mucho más: relaciones sociales diversas, acceso al conocimiento, incluso muchos cambiaron su pensamiento político o religioso debido a la amplitud de visión a las que estuvieron expuestos».

Es así como la Dra. María Luisa Da Rocha destaca lo importante que es ampliar el concepto restringido de la universidad solo como una plataforma de movilidad social en el sentido tradicional, sino que también es «un espacio privilegiado que permite abrir los horizontes a los jóvenes».

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