El miércoles pasado se realizó el seminario “Regulación de la IA: Desde la ética y la neurociencia”. Esta actividad reunió a destacados expertos en las áreas de ética, neurociencia y tecnología, entre ellos la Dra. Isabel Cornejo, la Dra. Vania Figueroa y el Dr. Francisco León, quienes compartieron su visión sobre los desafíos y oportunidades que plantea la IA en la actualidad.

Desafíos éticos de la inteligencia artificial

La Dra. Isabel Cornejo, experta en ética, destacó que unos de los principales desafíos éticos de la IA radica en la falta de transparencia de los sistemas. “La caja negra representa el aprendizaje profundo dificulta comprender cómo se tomas las decisiones en sistemas críticos, como los utilizados en la salud o la justicia”, recalcó. Además, mencionó la urgencia de abordar los sesgos en los datos utilizados para entrenar modelos, lo que puede generar desigualdades sociales y discriminar a ciertos grupos.

La neurociencia como inspiración para la IA

Por su parte, la Dra. Vania Figueroa abordó el papel de la neurociencia en el desarrollo de sistemas de IA más “humanos”. “El estudio del cerebro humano nos permite identificar patrones de aprendizajes”, explicó. Mencionó que comprender los mecanismos de la empatía y la cognición social podría llevar al diseño de agentes de la IA que interactúen de manera más efectiva y responsable con las personas.

El rol de los comités éticos en proyectos de IA

Dr. Francisco León, director del Comité de Ética de la Universidad Central de Chile, centró su punto en la importancia de los comités éticos en la evaluación de proyectos de IA. Destacó a la vez que estos organismos deben actuar como garantes del cumplimiento de principios fundamentales, como la justicia, la no maleficencia y el respeto por la autonomía. “Un comité ético interdisciplinario puede anticipar los posibles riesgos y consecuencias de los sistemas de la IA antes de su implementación, asegurando que estos se alineen con los valores humanos”.

Reflexiones finales

El seminario dejó en evidencia la necesidad de un enfoque integral para regular y desarrollar la inteligencia artificial. Los aportes desde la ética y la neurociencia ofrecen herramientas fundamentales para enfrentar los desafíos actuales y garantizar que la tecnología beneficie a toda la sociedad sin generar nuevos riesgos o inequidades.

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