En un contexto global donde los consumidores demandan productos más saludables y menos procesados, los aditivos naturales derivados de bacterias representan una alternativa más segura, eficiente y ambientalmente responsable que los sintéticos en la industria alimentaria.

La Dra. Aparna Banerjee, profesora titular de la Universidad Autónoma de Chile e investigadora del Instituto de Ciencias Aplicadas, explica que Chile es un país con geografía y geología excepcionales, con ecosistemas extremos y una diversidad biológica con especies endémicas; es decir, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.

“Las partículas termófilas -explica- son microorganismos que viven en condiciones de altas temperaturas, como las que se encuentran en fuentes termales, fumarolas y suelos volcánicos que se distribuyen a lo largo del país. Su capacidad de prosperar en temperaturas extremas representa una plataforma robusta para aplicaciones biotecnológicas”.

En su proyecto Fondecyt Regular 1231917, Aparna analiza las propiedades de los polisacáridos producidos por bacterias termófilas como alternativas naturales e innovadoras para la industria alimenticia, “que no sólo respondan a las demandas de una industria más natural y sostenible, sino que también posicionen a Chile como referente en el desarrollo de ingredientes funcionales con impacto global”.

“Al actuar como catalizadores estables en procesos de alta temperatura, las bacterias termófilas son capaces de producir metabolitos secundarios bioactivos. Los exopolisacáridos son carbohidratos complejos con propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir la oxidación de alimentos y prolongar su vida útil de manera natural; los emulsionantes y viscosificantes mejoran la textura y estabilidad de productos lácteos, salsas y aderezos”.

Por su origen, estos polisacáridos son altamente termoestables, biocompatibles y biodegradables, lo que los hace ideales para procesos industriales que requieren procesamientos en altas temperaturas.

Su potencial se extiende más allá de la industria alimentaria, con aplicaciones en la farmacéutica y la biotecnología, como en la producción de bioplásticos, sistemas de liberación controlada de medicamentos y tratamiento de desechos sólidos y aguas contaminadas. Estos biomateriales combinan funcionalidad y sostenibilidad, posicionándose como una solución innovadora para múltiples industrias.

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