El programa de Medicina Familiar de la Unidad de Especialidades Médicas de la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca, realizó la Primera Jornada de Medicina Familiar “Prevención del suicidio en adolescentes”, oportunidad en la que diversas especialidades, entre estas la psiquiatría, compartieron experiencias de trabajo y apoyo en centros de salud familiar, hospitales y otras unidades de atención.

El Vicedecano de Facultad de Ciencias de la Salud, Dr. Luis Jaime, entregó palabras de bienvenida, en las cuales precisó que a escala mundial se calculan más de 700 mil suicidios al año.

“Los suicidios e intentos de suicidio tiene un efecto dominó en familias, comunidades y sociedad. Esta situación ha aumentado aún más con el COVID-19. Sin embargo, el suicidio sí se puede prevenir a través de acciones que den esperanza y fortalezcan la prevención. El estigma social y la falta de conciencia, siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda ante el suicidio”, señaló.

La Dra. Lorena Astorga, directora del programa, apuntó que la especialidad de Medicina Familiar de la Universidad entrega formación con énfasis en los componentes centrales de la atención primaria, como lo son: prevención, atención clínica, promoción comunitaria y gestión clínica, para incentivar el trabajo interdisciplinario centrado en la persona y continuidad del cuidado en salud.

PONENCIAS

Manuel Pérez, psicólogo clínico y académico de Universidad Autónoma de Chile, se refirió a los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP), etapas, objetivos y la importancia de estos.

Indicó que los PAP no son acogidas psicoterapéuticas, ni el inicio de tratamientos, sino una contención emocional o un primer apoyo y cuidado en un escenario de crisis inesperada, sea por desastres, urgencias o emergencias.

“En este caso, la medicina de familia es una especialidad que se plantea, no desde el modelo biomédico tradicional, sino desde una lógica biopsicosocial, y en ese sentido, tiene un rol importante en la promoción de la salud mental de las personas… Esta especialidad ve a los pacientes desde una visión integral y va territorialmente a realizar acciones de tipo preventivas y promocionales. Es allí donde la salud mental es clave para dar cuenta de un buen estado de salud general de la población”, apuntó.

Sobre las realidades de prevención del suicidio en adolescentes, expuso Cristóbal Tuñón, médico becario del programa de Medicina Familiar. “Muchos de los mitos sobre el suicidio son afirmaciones erróneas que deben ser sacadas de la mente, para abocarse a lo concreto, que es la atención».

A juicio de Tuñón, pensar que sólo los psiquiatras pueden tratar el suicidio es un error, “porque cualquier persona que tiene la capacidad de conversar, sea o no sea del área de la salud, puede prevenir un suicidio en adolescentes”.

En este sentido, subrayó que el médico familiar cumple un rol importante en la comunidad donde se desempeña y las familias que integran esta, por tanto, allí radica la importancia de su intervención en la materia. “Esto es posible con participación en la comunidad y que se masifiquen las normas de prevención, no sólo del suicidio, sino de todo tipo de enfermedades prevenibles”, agregó.

Los expertos llaman a reflexionar sobre la importancia de identificar estos escenarios en la población y visibilizarlos, ya que el suicidio no debe relativizarse, sino que la sociedad tiene que hacerse cargo de esta realidad y diseñar estrategias en dicho sentido.

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