La rápida acumulación de conocimientos científicos y técnicos, hace difícil abarcarlos todos durante la formación de pregrado, sobre todo en el área de la Salud. Es necesario, entonces, concentrar aquéllos más relevantes, de distintas áreas relacionadas entre sí, para lograr una mayor integración de conocimientos en los estudiantes.
Este hecho es especialmente evidente en profesiones como la de Medicina, que en la Universidad Autónoma de Chile se aborda a través de asignaturas como Integrado de Anatomía, que incorpora histología, embriología y anatomía.
“Combinar las materias ayuda al razonamiento clínico de los futuros profesionales”, señala el docente de la carrera en Santiago Dr. César Coronado. “Desde el primer año de estudios, van adquiriendo la capacidad de agrupar los aprendizajes en un todo, de modo que cuando vean a un paciente lo hagan de manera exhaustiva”.
Por ejemplo, para diagnosticar alguna patología al aparato respiratorio, deben observar no solamente una parte de ese conjunto de tejidos u órganos, sino completo. Así, ramos como ese pasan a ser un preclínico.
La primera generación de alumnos de esta carrera en Santiago -que acaba de obtener su acreditación por 5 años por la agencia ADC- ha realizado numerosas actividades curriculares en Integrado de Anatomía.
La más reciente fue una atractiva exposición de maquetas de embriología, pósters de identificación forense y una muestra audiovisual de cuerpos pintados, para resumir los aprendizajes alcanzados durante el semestre.
“Cada grupo tuvo a su cargo distintos temas relacionados con los contenidos del curso”, explica Coronado. “Esperamos una formación holística, lo que considera también el exponer a la comunidad universitaria temas muy específicos y explicarlos en un lenguaje cercano y comprensible, que es lo que tendrán que hacer durante sus prácticas clínicas”.
Alan Soto y otros compañeros de carrera estuvieron a cargo del stand acerca del método tanner whitehouse de determinación de la edad ósea.
“Una de sus aplicaciones es la predicción de la talla adulta. Tenemos aquí un caso clínico: dos niñas nadadoras, de edad cronológica muy similar. Hecho el examen, una resultó tener casi 13 años de edad en los huesos y por tanto no iba a crecer mucho; la otra niña tenía poco más de 9 así que iba a seguir creciendo y a largo plazo conseguir mejores resultados en su disciplina”.
A su juicio, la muestra realizada en el campus Providencia permitió identificar la utilidad clínica del método tanner whitehouse y con ello llegar a un mejor diagnóstico y tratamiento para el paciente.