Desarrollar nuevas alternativas terapéuticas para reducir el consumo de alcohol y disminuir la severidad de la recaída es el principal objetivo del Proyecto Anillo “Desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas para los trastornos por consumo de alcohol: un enfoque multidisciplinario”, cuyo director es el Dr. Eduardo Karahanian, investigador y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile.

Durante tres años se ha desarrollado un trabajo colaborativo e interdisciplinario con investigadores de tres universidades, obteniendo resultados “muy promisorios”, como explica el Dr. Karahanian. Según el investigador, “actualmente existen sólo 3 medicamentos aprobados para tratar el alcoholismo y ninguno provee una eficacia superior al 15%. Esto se debe principalmente a que, en los alcohólicos, se produce una respuesta inflamatoria en el cerebro, desbalanceando ciertos sistemas de neurotransmisores. Aunque el individuo alcance la abstinencia, este desbalance se mantiene por un largo tiempo, lo que gatilla la recaída en el consumo”.

En el proceso de investigación se estudió la eficacia de un fármaco llamado fenofibrato -que se usa para tratar el exceso de triglicéridos en humanos-, y de sustancias secretadas por células madre humanas, para revertir la neuroinflamación producida por el consumo de alcohol.

Como modelo de estudio se utilizó a ratas genéticamente seleccionadas para beber alcohol y se les administró tanto el fenofibrato como las sustancias secretadas por las células madre durante la etapa de abstinencia, luego de haber bebido voluntariamente por 2 meses. Tras esto, “observamos una disminución de 80% en el consumo de alcohol cuando este fue nuevamente ofrecido a los animales. Este tipo de experimento simula la recaída en los pacientes en rehabilitación. Demostramos que ambos tratamientos tuvieron notables efectos en disminuir la neuroinflamación provocada por el consumo de alcohol. Ahora nos encontramos analizando si estos tratamientos normalizaron la química cerebral alterada por el consumo prolongado de alcohol, principalmente los neurotransmisores glutamato y dopamina”, explica el Dr. Karahanian.

Por otra parte, el investigador de la U. Autónoma explica que mediante herramientas de inteligencia artificial se ha logrado identificar cuatro posibles proteínas que podrían ser responsables de los notables efectos de las células madre. “En estos momentos estamos probando estas cuatro proteínas por separado en nuestro modelo de ratas bebedoras, para ver cual de ellas produce el mejor efecto”, explicó el académico de la Facultad de Ciencias de la Salud.

Durante el proyecto, los investigadores también descubrieron moléculas químicas “nunca antes descritas para el tratamiento del alcoholismo”, que bloquean la función de un canal iónico en el cerebro y que es muy importante para generar la adicción al alcohol. “Administramos estas moléculas a las ratas bebedoras, y su consumo de alcohol disminuyó notoriamente”, explica Eduardo Karahanian.

Próximos pasos:

El proyecto Anillo finaliza en diciembre de este año y el próximo paso es conseguir financiamiento para realizar ensayos clínicos en pacientes con alcoholismo, “lo que nos permitiría probar la efectividad de estos tratamientos en humanos”, dice el investigador.

Sobre si es posible pensar en tener un tratamiento para el alcoholismo en el corto plazo, el Dr. Karahanian cuenta que “si bien los resultados que hemos obtenido en nuestro grupo de investigación a lo largo de varios años de trabajar con animales son muy buenos, la eficacia en humanos hay que demostrarla. Para eso sirven los ensayos clínicos, que demoran varios años. Se requiere demostrar que los tratamientos no producen efectos secundarios indeseables y que son efectivos”, concluye.

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