La académica e investigadora del Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile, Yaneris Mirabal, trabaja en el desarrollo de biomateriales a través del estiércol de vaca, en el marco de un proyecto FONDEF titulado “Desarrollo de un textil biodegradable y compostable. Sustituto del uso del plástico en la producción agrícola: mulch o mantillo”.
El objetivo es ofrecer una solución innovadora para la industria y el cambio climático, aprovechando los residuos agroindustriales, convirtiéndolos en biomaterial para envases o embalaje, siendo una alternativa al plástico.
“Me interesa mucho el tema ambiental porque, aunque sea cliché, quiero dejar un mundo mejor a mi hijo. Estamos en una región agrícola, entonces realmente se generan muchos residuos agroindustriales y también, aunque no estamos en una región tan ganadera, tenemos muchas cabezas de ganado”, sostuvo la Dra. Mirabal, que se desempeña además como académica en la sede Talca, en una entrevista en el diario La Tercera.
En esta conversación con el Centro de Comunicación de las Ciencias, nos cuenta los avances del proyecto, los principales desafíos y el impacto que podría tener en la industria ganadera y agrícola.
El proyecto fue presentado en 2023. ¿Qué avances han tenido en este periodo y cuándo concluye?
El proyecto concluye ahora en junio, pero estamos buscando extenderlo por seis meses para poder hacer las pruebas de campo. Hemos avanzado muchísimo, estamos en la última etapa. Ya está validado a escala laboratorio e hicimos un mulch (mantillo que ayuda a retener la humedad sombreando la tierra) biodegradable a partir de estiércol de vaca. Lo que estamos probando ahora son diferentes aditivos que ayuden al crecimiento más rápido de la planta y que puede defenderse de hongos.
También hicimos un estudio de mercado -donde nos sugirieron varias alternativas para vender el mulch- y un estudio de patentamiento se está haciendo por parte de la Dirección de Innovación y Transferencia de la U. Autónoma.
-¿Cuántos investigadores trabajan en este proyecto?
De la Universidad Autónoma somos tres, a los que se suman dos técnicos, uno de campo y uno de laboratorio. También vamos a sumar a un ingeniero químico para el trabajo en terreno.
¿Cuál sería el impacto económico para el mundo agrícola de este proyecto?
El mulch es un plástico que generalmente es de un sólo uso, porque se pone y cuando se acaba su ciclo productivo se retira, se rompe y se convierte en microplásticos. Entonces poder reemplazarlo con un producto biodegradable y que aporte nutrientes al suelo es un cambio muy significativo.
Cuéntanos un poco sobre el trabajo conjunto con las empresas ganaderas del Maule, que aportan materia prima e información del rebaño.
Los asociados que tenemos son del sector lechero y de carne. Lo que nosotros queríamos era ver si el estiércol de uno y otro tenían alguna diferencia, porque el tipo de alimentación es diferente. En ese sentido las empresas asociadas nos ayudaron muchísimo, porque respondieron todas nuestras preguntas y nos facilitaron todo el estiércol que necesitábamos para los estudios. Gracias a eso nos dimos cuenta que no existe diferencia en el estiércol de uno y otrocpara el uso que estamos planteando.
¿Qué lecciones pudieron sacar de la reunión con Hub APTA y Empaque Verde, empresa líder en packaging sustentable? ¿Existe algún plan de trabajo?
Con Hub APTA tuvimos un curso para entender cómo se vende un producto, cómo llegar a los clientes, etc. Para nosotros fue una muy buena experiencia, porque nos hizo buscar empresas que en el mundo están haciendo algo parecido a nosotros, poder comparar en cuanto a precio, composición, modo de venta, etc).
En cuanto a la empresa Empaque Verde, fui con la directora de la OTL de la Universidad Autónoma, Daniela Fuentes, porque a ellos les interesó el proyecto y nos dieron ideas para mejorar el producto. Hay un acuerdo de palabra de que cuanto termine el proyecto podamos estar nuevamente en contacto con ellos, e incluso nos propusieron un proyecto de conjunto.