Un estudio sugiere que la lamilla y el pelillo podrían ser una solución más sostenible y respetuosa con el medio ambiente para el control de la temperatura en la construcción residencial, debido a sus estructuras y bajas conductividades térmicas.

Los edificios representan más del 35% del consumo de energía global, «por lo tanto, es esencial analizar y mejorar la eficiencia energética, especialmente durante la fase de diseño», analiza el Dr. Juan Pablo Cárdenas, investigador de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Medio Ambiente de la Universidad Autónoma de Chile.

No solo por el alto consumo para calefacción y refrigeración, sino porque en el centro y sur del país aún se utiliza principalmente la combustión de biomasa liberando una cantidad significativa de material particulado en el medio ambiente.

«En este contexto, los materiales de aislamiento térmico desempeñan un papel crucial en la reducción de la demanda, requiriendo avances en el desarrollo sostenible de dichos materiales», analiza el académico.

El mercado local carece de materiales respetuosos con el medio ambiente que puedan competir de manera rentable con los materiales tradicionales, especialmente la lana de vidrio y el poliestireno expandido (EPS), que son los más utilizado en los edificios del país.

Por esto, investigadores de las Universidades Autónoma de Chile, la Frontera y Nacional de San Agustín de Arequipa decidieron evaluar dos especies de algas encontradas a lo largo de las costas chilenas, con el objetivo de caracterizarlas y generar un prototipo de material sostenible.

Utilizaron algas por que pueden absorber radiación ultravioleta y dióxido de carbono, además sus largas fibras pueden ralentizar el flujo de calor a través de ellas, un material que no había sido estudiado antes para este tipo de solución.

Además, a lo largo de los extensos 4.000 km de costa chilena, se encuentra una rica diversidad y abundancia de algas. En el año 2014, se cosecharon más de 28 millones de toneladas, aunque los datos específicos sobre los niveles de producción de los tipos de algas individuales siguen sin estar disponibles.

Pelillo y Lamilla
Los investigadores evaluaron fisicoquímicamente y caracterizaron muestras de Pelillo (Gracilaria chilensis) y Lamilla (Ulva sp.) recogidas en las costas de la isla Quinchao, parte del archipiélago de Chiloé, con el objetivo de desarrollar dos materiales de aislamiento térmico para reducir las pérdidas de energía en los edificios.

«Los resultados demuestran que las algas presentan excelentes propiedades de aislamiento y conductividad térmica, con un promedio de 0.036 [W/mK] lo que es comparable a un material aislante térmico convencional», complementa el Dr. Juan Pablo Cárdenas.

Además, las muestras tienen buena estabilidad térmica y su morfología contribuye al desarrollo de un material sólido, ya que poseen una estructura porosa con cámaras de aire entre las fibras. Las algas analizadas poseen una densidad entre 50-70 kg/m3, lo cual es más cercana a los materiales aislantes convencionales, considerando que en general los materiales aislantes térmicos naturales suelen tener densidades entre 105-130 kg/m3.

Los investigadores señalan que es importante comentar que «se necesitan más pruebas para comprender completamente su viabilidad y aplicabilidad en diferentes condiciones y entornos de construcción, sin embargo, estos primeros resultados son muy interesantes», por lo que se seguirá desarrollando esta línea de investigación.

Rojas Herrera, C.J.; Rodríguez Neira, K.; Cárdenas-Ramírez, J.P. Evaluation of Two Chilean Native Macroalgae: “Pelillo” (Gracilaria chilensis) and “Lamilla” (Ulva sp.) for Thermal Insulation Application. Buildings 2023, 13, 2622. https://doi.org/10.3390/buildings13102622

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