Con el objetivo de acercarnos con mayores herramientas a la realidad de las comunas y las municipalidades de Chile, el Instituto Chileno de Estudios Municipales (ICHEM), y el Instituto de Estudios del Hábitat (IEH), ambos de la Universidad Autónoma de Chile. Presentan esta primera edición del Índice de Desarrollo Comunal 2020.
El IDC 2020, agrupó 13 variables en tres dimensiones: Salud y Bienestar Social; Economía y Recursos; y Educación. El IDC es un índice compuesto, construido para representar información proveniente de diversas fuentes, que busca medir distintos aspectos de la realidad a nivel comunal. Por lo mismo, la metodología utilizada para la construcción de este instrumento ha implicado un largo proceso de elaboración y consolidación. Los pasos empleados para la construcción del índice fueron: I. Revisión de índices compuestos; II. Selección de los datos; III. Imputación de datos perdidos; IV. Normalización de los datos; V. Realización de análisis multivariado; VI. Agregación de las dimensiones; VII. Revisión cualitativa de datos y resultados.
Al respecto, el director del ICHEM y académico de la U. Autónoma de Chile, Dr. José Hernández Bonivento, explicó que, “Este instrumento se propone dar luz sobre la realidad actual de nuestros territorios a través de un trabajo riguroso y estadísticamente robusto, buscando aportar un insumo más para la elaboración de planes de desarrollo comunal y regional”. Por su parte, el director del Instituto Hábitat, Héctor Ramírez Figueroa, comentó que, “el Índice de Desarrollo Comunal, pionero a nivel nacional, tiene como objetivo presentar una propuesta metodológica desde fundamentos teóricos que justifican su operacionalización a partir de la selección de un conjunto de variables. Pretende ser un medio para la gestión y toma decisiones a nivel local que esté al servicio de los actores políticos y sociales para articular metas y objetivos comunes en la construcción de espacios desarrollados y sustentables.
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El Índice de Desarrollo Comunal 2020, refleja altos índices de desigualdad en el desarrollo comunal de Chile. Un grupo de ocho comunas presentan un nivel alto de desarrollo (Providencia, Las Condes, Santiago, Vitacura, Lo Barnechea, Viña del Mar, Ñuñoa y Concepción), lo que representan un 2,3% de las comunas chilenas; mientras que más de un 60% cuenta con un nivel de desarrollo medio bajo y bajo.
Entre las ocho comunas con un IDC de nivel alto, seis pertenecen al sector nororiente de la ciudad de Santiago.
Podemos distinguir las razones de los altos índices de desigualdad entre las comunas, al mirar los resultados del IDC por sus dimensiones, a pesar de existir promedios nacionales relativamente altos en las dimensiones de Bienestar (0,762) y Educación (0,65), la dimensión Economía cuenta con un promedio muy bajo (0,123).
Partiendo de estos hallazgos, se revisaron los datos comunales por dimensión y por nivel de desarrollo comunal, lo cual nos deja una mirada más clara sobre el poco avance en materia económica: salvo cuatro casos de la Región Metropolitana de Santiago (Las Condes, Providencia, Santiago y Vitacura), ninguna comuna alcanza un puntaje superior a 0,45 en desarrollo económico y, dentro de dicha dimensión, una enorme mayoría de comunas (290 comunas, el 84% del total) cuenta con puntajes menores a 0,2. Se entiende, entonces, que a pesar del avance en temas de salud y educación, el aspecto económico es la gran piedra de tope para el desarrollo a nivel comunal, concentrándose los puntajes más altos de esta categoría en la zona nororiental de la ciudad de Santiago.
A nivel regional también se observa esta brecha significativa entre las dimensiones que componen el presente índice, siendo el factor económico el menos desarrollado en las comunas. En términos generales, las regiones que cuentan con comunas de mayor desarrollo serían, la Región Metropolitana de Santiago (promedio 0,5), la Región de Valparaíso (promedio 0,42) y la Región de Antofagasta (promedio 0,41). En el otro extremo de la tabla se encuentran las regiones de Ñuble y La Araucanía (ambos con promedio de 0,299) y Arica y Parinacota (promedio 0,289), territorios donde el desarrollo económico se concentra de manera evidente en su capital regional.
Cuando nos acercamos a los datos y a su distribución en el territorio chileno, se observa una doble concentración del desarrollo en el país: el primero a nivel nacional, siendo el conurbano de Santiago la zona donde se concentran seis de las ocho comunas con nivel de desarrollo alto según el IDC; el segundo, a nivel regional, siendo las capitales regionales y sus conurbanos los focos más significativos del desarrollo a nivel comunal. Se entiende, entonces, que, a nivel regional, se reproduce el mismo centralismo y la misma concentración de recursos que a nivel nacional. Aunque se produce en todas las regiones, en algunos casos, como en Arica y Parinacota, Ñuble y La Araucanía, dicha concentración viene unida a una marcada desigualdad entre la capital regional y las demás comunas de la región, lo que evidencia enormes brechas a nivel territorial.
Un caso interesante en este sentido, es la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, la cual, según mediciones realizadas por esta casa de estudios, se ha posicionado como la región con mayor nivel de desarrollo del país (IDERE 2019, Vial, 2019). No obstante, aunque las dos comunas que concentran la mayor parte de la población y el territorio (Punta Arenas y Puerto Natales) cuentan con un nivel medio alto de desarrollo, se evidencian brechas importantes con las demás comunas de la región, incluyendo a la comuna de Timaukel, la cual obtuvo el último lugar en los indicadores del IDC. En contraste, se evidencian algunos casos donde se observa cierta homogeneidad en los niveles de desarrollo de sus comunas, como son las regiones de Los Ríos y de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, mientras otras regiones cuentan con diversos focos de desarrollo comunal, muy marcado en las regiones de Valparaíso, Metropolitana de Santiago y Antofagasta. No es de extrañar que estas últimas, al promediar los números de sus comunas, obtengan un mayor puntaje a nivel nacional.
Por último, la revisión de los datos a nivel regional también nos deja un panorama claro de los espacios de rezago en cuanto a los indicadores de desarrollo utilizados en esta medición. Es importante mencionar que algunas regiones cuentan con muchas comunas con bajo nivel de desarrollo y otras tendrán que enfrentar los desafíos de un crecimiento más armónico entre sus territorios. Lo evidente es que no serán pocos los retos que enfrentarán los nuevos gobernadores regionales, llamados a fomentar y articular los planes de desarrollo regional, más aún en un contexto post pandemia y estallido social. Esperamos, en todo caso, apoyarles en sus esfuerzos con esta visión general de las comunas del país.