No es ciencia ficción: la NASA, la European Space Agency, Harvard entre otras instituciones están investigando como opción la hibernación en el caso de enviar naves tripuladas a Marte.

«Lo más probable que ustedes alcancen a ver en su vida test o pruebas en seres humanos» señaló la Dra. Ekaterina Kostioukhina durante su participó online en el Segundo Congreso Estudiantil de Neurociencias y Neurotecnologías desarrollado entre el 03 al 05 de enero en el campus Providencia de la Universidad Autónoma de Chile.

La especialista trabaja en medicina espacial, un campo de investigación que se enfoca en el estudio de los efectos de la vida en el espacio, en la salud y el bienestar humano. Entre sus principales desafíos está cómo lograr que los astronautas viajen más lejos y durante más tiempo en buenas condiciones.

En su exposición Despertando las Posibilidades de la Hibernación Humana en la Era Espacial la investigadora comentó que la idea de inducir letargo en las y los astronautas para que puedan enfrentar los desafíos físicos y psicológicos tiene larga data, ya desde la década del setenta que existen simposios, seminarios y publicaciones científicas sobre el tema.

Más recientemente la NASA, propuso el desarrollo de un diseño de hábitat para inducir estados de sueño, no criónica, durante segmentos de una posible misión a Marte. Esto acompañado de estudios médicos para comprender los efectos de la hipotermia prolongada en seres humanos.

¿Es la hibernación humana posible?
Según la Dra. Ekaterina Kostioukhina esta opción claramente reduciría considerablemente los recursos y el espacio necesarios para una tripulación, además, el método podría hacer viables otros viajes de larga duración hacia el espacio profundo.

«Pero, los seres que hibernan están en contra de las leyes de la física y la termodinámica, para estar vivos necesitamos energía» analiza la investigadora. A pesar de eso, muchas criaturas en el mundo han logrado llegar a un balance para poder sobrevivir en condiciones extremas, «una estrategia de la que aún no conocemos todos los detalles, pero que podríamos utilizar a futuro» agrega.

La hibernación es el estado fisiológico de inactividad en que se reducen las funciones metabólicas para no gastar energía en momentos en que la comida es escasa y las condiciones ambientales son adversas. Pero hay distintos niveles de disminución del metabolismo, desde el sueño, pasando por el torpor hasta la hibernación.

El torpor y la hibernación están relacionados, pero no son exactamente lo mismo. Ambos son estados de baja actividad metabólica que ciertos animales pueden experimentar para conservar energía en períodos de escasez de alimentos o temperaturas extremas, pero el torpor es por corto tiempo y de manera menos profunda que la hibernación, letargo que puede durar semanas o meses.

Los movimientos cesan, la respiración, ritmo cardíaco y metabolismo se ralentizan, y la temperatura corporal desciende casi hasta el punto de congelación. El torpor y la hibernación son algunas de las adaptaciones naturales más fascinantes de los animales de sangre caliente.

Cómo las aves y los mamíferos inician, regulan y sobreviven a estos estados hipometabólicos e hipotérmicos extraordinarios sigue siendo en gran parte desconocido.

Estudio en ratones
Entre las muchas especies capaces de estos comportamientos se encuentran los ratones de laboratorio, que al ayunar durante tan solo seis a diez horas entran en un estado de torpor, con una disminución en la tasa metabólica y una temperatura corporal tan baja como 20°C.

Científicos están estudiando cómo controla el cerebro este fenómeno en los ratones, logrando identificar algunas neuronas en las áreas preópticas del hipotálamo, activas cada vez que los animales entran en torpor y que cuando se silencian, el torpor natural se ve interrumpido.

Demostraron que la re-estimulación de las neuronas que se activan durante un episodio de torpor es suficiente para iniciar las características claves, incluso en ratones que no están restringidos calóricamente.

Este y otros tipos de hallazgos están siendo monitoreados por un grupo importantes de científicos, entre los que se encuentra la Dra. Ekaterina Kostioukhina, que están recolectando información de ciencia básica de los invernadores naturales, experimentos que podríamos interpolar para explicar qué podría pasar en los humanos.

«Tener más herramientas científicas para contestar las preguntas que surgen y que serán la base para permitir sustentar vida humana en condiciones extremas en el espacio» finaliza.

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