La llegada de diciembre es la ocasión perfecta para evaluar el intenso trabajo durante el año y disfrutar los logros institucionales, como la reciente Acreditación, por 4 años hasta octubre de 2019, incluyendo el área de Vinculación con el medio y por primera vez la de Investigación. Y también para anunciar con toda la familia universitaria el nacimiento del Niño Jesús.
Con ese espíritu, casi un centenar de hijos de colaboradores de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago compartieron este viernes una alegre celebración de Navidad, que culminó con una entretenida fiesta de espuma y la emocionante llegada del Viejito Pascuero.
Como es tradicional en esta casa de estudios superiores, las festividades de fin de año se convirtieron en un espacio de integración de los funcionarios de las distintas áreas, que la han llevado a ser cada año más universidad en lo institucional, docencia, investigación y vinculación con el medio, por mencionar algunas.
Antes de llegar al campus Providencia, donde se realizó la actividad, Ignacia (6 años) y Sofía (8) ya pensaban en cómo se portaría ‘Santa’ con ellos. “Y cuando entraron, sentí que estaban emocionadas de ver que era mucho más que regalos; era juego y mucha diversión”, dijo su padre, Gastón Villarroel, coordinador de Deportes de la Dirección de Asuntos Estudiantiles.
Personajes de historietas infantiles, camas elásticas, juegos de agua, concursos y mucha música, dieron la bienvenida a todos quienes celebraron por anticipado la Navidad. Helados, jugos y bebidas complementaron una tarde llena de diversión.
Al igual que el año pasado, las hermanas Florencia (4) y Esperanza (9) llegaron de la mano de sus padres, Claudia Quintanilla y César Muñoz. “Ambas recordaban muy bien la experiencia del 2015”, dijo César, encargado de Operaciones en el campus El Llano Subercaseaux.
El aviso previo de traer una segunda muda de ropa para los pequeños no pudo haber sido más indicado. Porque la fiesta de espuma llenó a los pequeños de agua y además de felicidad de celebrar en comunidad, anticipando una Navidad que de seguro esperan con ansias incluso desde varios meses antes.
“Como papá y funcionario me parece excelente que la Universidad nos haya regalado esta hermosa tarde”, dijo Gastón. “Nuestros hijos tienen la posibilidad de conocer el lugar donde están sus padres la mayor parte del día y que es como nuestro segundo hogar, y creo que eso refuerza los lazos al interior de familia”.
En esa misma línea, Cesar Muñoz recalcó que las expectativas fueron ampliamente superadas. “Cuando íbamos de regreso, no paraban de hablar entre ellas lo bien que la pasaron jugando con muchos otros niños”.
Quizá todos ellos llegaron a sus casas tan cansados que se durmieron apenas pusieron sus cabezas en las almohadas. Y, sin duda, al desayuno del día siguiente seguían comentando lo entretenido de la fiesta y los grandes regalos que les entregó personalmente el Viejito Pascuero.