Con una mirada de puesta en valor de las potencialidades de las personas y los territorios, para transformar sus situaciones y realidades, se desarrolló en la Universidad Autónoma de Chile, sede Talca, el conversatorio “Aportes del Trabajo Social al desarrollo humano”, instancia que contó con la participación de Karina Gatica, Doctora en Ciencias Sociales y directora de la carrera en Santiago.

A propósito de generar una instancia de reflexión entre los expertos y estudiantes, sobre su aporte al desarrollo humano, desde el rol profesional, Gatica explicó que esta mirada de la disciplina comprende un enfoque centrado en un desarrollo que no mira únicamente el ámbito económico, sino que también implica lo social, que es la tendencia para el análisis de un desarrollo integral, basado en el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual plantea que el progreso humano depende principalmente de sus propios protagonistas, es decir, de las personas y las potencialidades de cada uno para mejorar sus modos de vivir.

“Esto se logra fundamentalmente a través de la potenciación, del empoderamiento de la población, del fomento de la participación social, de la organización social y del vínculo social, que puedan establecerse con los territorios y sus comunidades”, detalló.

En este sentido, subrayó que en Chile, más recientemente, se han desarrollado manifestaciones de grupos sociales, que forman colectivos, en la búsqueda de la satisfacción de sus propias necesidades, a partir de los recursos disponible. Allí radica, la participación del trabajador social, al promover y fomentar la participación de las comunidades y grupos de personas.

MIRADA DE LA CARRERA

Por su parte, el Vicedecano de la Facultad de Ciencia Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chile, y director de la carrera en Talca, Dr. Víctor Yáñez, indicó que el profesional del trabajo social aborda la relación sujeto-sociedad, así como la configuración colectiva de esta, sus capacidades y posibilidades de desarrollo. Dicho enfoque se transmite a los estudiantes de la Universidad, lo que les permite superar las lógicas tradicionales, que miran el bienestar asociado a las necesidades y recursos.

“Hablamos de capacidades que no son externas a los sujetos, sino contextuales y humanas, concentradas en la relación entre personas y que implican una construcción permanente para levantar aquello que como oportunidades suponen campos de desarrollo”, apuntó.

Yáñez se refiere a una mirada de integralidad del desarrollo humano, la cual busca reconocer una interseccionalidad en los diferentes ámbitos que constituyen una posibilidad social de progreso; perspectiva que no es puramente económica, ni política, sino transversal. “Para que exista desarrollo territorial o desarrollo regional, no sólo tiene que haber fuertes sistemas productivos, sino que también competencias política, ciudadana y cultural, que promuevan un sentido de desarrollo económico significativo e identitario, con posibilidades para todos”.

HUMANIZADO Y NO CARIDAD

Ambos expertos destacan la transformación y cambios que se suscitan en otras ciencias, la cuales evolucionan hacia una mirada más humanizada. Es el caso de la economía circular, que pasa a humanizar el desarrollo y no centra este, únicamente, en la variable económica, como solía ocurrir décadas atrás.

Es de destacar que el sello diferenciador de la carrera está centrado en los principios de igualdad, equidad y justicia social, vinculados al desarrollo y derechos humanos. Por lo tanto, el valor diferenciador de los estudiantes de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Chile, es mirar integralmente la condición humana como el eje efectivo de la gestión del desarrollo, políticas y oportunidades sociales. Un ámbito humano, relacionado “no con la caridad”, sino con el reconocimiento de la condición humana y con la investigación para intervenir en lo problemas sociales, a propósito de atender los efectos negativos del mismo hecho social.

Compartir en