Cristopher Álvarez González

Egresado de Licenciatura en Artes Visuales

Sede Talca

 

1. ¿Dónde estás trabajando y qué impacto tiene donde te desempeñas?

Estoy trabajando en la UTAC, que es la Unidad de Terapia Artística Creativa de Teletón. Soy profesor de arte; vengo del trabajo en el colegio, y acá en Teletón estoy conociendo el mundo de la arteterapia. La visión de mi trabajo aquí es muy diferente a la que tenía antes. El impacto que tengo en mi labor es terapéutico. Usamos el arte como una herramienta terapéutica para trabajar con las familias de los usuarios de Teletón. No solo trabajamos con los usuarios, sino que también participan sus madres, hermanos y abuelos. Vienen al taller de arte y participan en actividades de arte terapia.

2. ¿Qué te inspiró a estudiar Pedagogía en Artes en la Universidad Autónoma de Chile?

Desde muy chico me gustaba dibujar; era algo que disfrutaba mucho. En ese tiempo, dibujaba los personajes que veía en la televisión, como los de Dragon Ball Z. Mi familia siempre supo que era bueno para dibujar. Cuando estaba en el colegio, un día llegaron folletos con carreras universitarias, y vi que la Universidad Autónoma ofrecía Artes. Me interesé, fui a conocer la carrera, me encantó y me matriculé de inmediato.

3. ¿Cuáles fueron los aspectos más destacados de tu experiencia académica en la Universidad?

Uno de los aspectos más destacados fue el trabajo en los talleres. La Universidad Autónoma tiene uno de los mejores talleres de arte en Chile. Lo he escuchado de gente de otras universidades también. Trabajar en esos talleres con mis compañeros, ver sus procesos creativos y compartir con personas que también estaban estudiando arte fue algo que enriqueció mucho mi formación.

4. ¿Cómo sientes que influyó haber estudiado en la Universidad Autónoma de Chile en tu desempeño laboral actual, más allá de lo académico?

La universidad nos dio varias oportunidades para salir y conocer lugares relacionados con nuestro futuro desempeño profesional. No solo íbamos a colegios para las prácticas, también visitábamos fundaciones. Recuerdo que en una de esas visitas participamos en una actividad artística con usuarios de una fundación, y ahí fue cuando despertó mi interés por la arteterapia. Esto me llevó a participar en varios proyectos del gobierno regional, haciendo talleres en diferentes lugares, como en la Escuela Especial España en Talca. Ahí se consolidó mi interés en el arte como una herramienta terapéutica, más allá de ser evaluado en el ámbito escolar.

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