El mejor aliado de la prevención en momentos de crisis sanitaria como la actual, es la información oportuna basada en evidencia científica. ¿Por qué el lavado de manos debe ser de 20 segundos y no menos?; ¿los antibióticos son efectivos para prevenir y tratar el COVID-19?; ¿tomar la temperatura corporal a distancia sirve para detectar a personas contagiadas con coronavirus?
Esas son algunas de las preguntas cuyas respuestas no siempre son correctas, lo que pone de relieve la necesidad de evitar a infodemia. Así lo explicó la doctora en Ciencias Biomédicas Paz Orellana, docente e investigadora de Enfermería de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago, durante una charla a estudiantes.
Explicó que el coronavirus es una amplia familia de virus que provocan enfermedades infecciosas leves o severas. El SARS-CoV-2, de la familia de los coronavirus, es el agente causal del Síndrome Respiratorio Agudo Severo y el COVID-19 es la enfermedad causada por ese virus.
Siempre a partir de la última evidencia científica disponible, aclaró que el frío, la nieve o la temperatura del agua no inactivan el virus; que el ajo no protege contra el coronavirus a pesar de sus propiedades antibacterianas y que el uso prolongado de mascarilla no genera intoxicación por CO2 ni hipoxia.
Tampoco que medicamentos como el remdesivir, cloriquina, ribavirina o lopinavir, logren bloquear alguna de las etapas de reproducción de virus.
“Nada reemplaza lavarse las manos con agua y jabón”, precisó. ¿Por qué? “La cola hidrófoba de las moléculas del jabón se conecta a la capa de grasa del virus, la rompe y las proteínas y otros fragmentos del virus son arrastrados por el agua; por eso debe durar al menos 20 segundos”.
Mientras no haya una vacuna efectiva el virus podrá circular libremente. ¿Qué hacer, entonces? “Aprender a vivir con el SARS-CoV-2”. Es decir, responsabilidad individual y social en la prevención: distancia física, uso de mascarillas en espacios públicos, aseo de manos y quedarse en casa.