En esta entrevista, nos sumergimos en el proyecto Fondecyt Regular 2024 del Dr. Iván Garzón Vallejo, titulado «De revueltas y estallidos: una anatomía genealógica de la ira política y la violencia colectiva», lo que ayudaría a comprender no sólo el estallido social de 2019 en Chile, sino que otros fenómenos similares que han ocurrido en estos últimos años en democracias de todo el mundo.

Cuéntenos un poco sobre su proyecto Fondecyt, «De revueltas y estallidos: una anatomía genealógica de la ira política y la violencia colectiva». ¿Cuál es el enfoque principal de su investigación?

El proyecto se centra en identificar las raíces históricas y filosóficas de la combinación explosiva entre la ira política y la violencia colectiva, algo que permite comprender, entre otras cosas, el estallido social de 2019 en Chile y varios fenómenos similares que han ocurrido en estos años en democracias de todo el mundo. Cuando ocurren generan perplejidad, y cuando pasan, nos dejan la sensación errónea de que fueron un hecho excepcional. Pues resulta que se han vuelto bastante comunes. Recientemente, han ocurrido en Francia, Estados Unidos, España, Colombia, Brasil, entre otros.

¿Cómo impacta esta investigación en el territorio y la industria? ¿Cuál es su contribución al panorama actual?

La investigación busca aportar a la comprensión de los fenómenos sociales en las democracias liberales. Intentamos ir más allá del lugar común que condena genéricamente la violencia, pero no la explica. Se trata de explorar por qué surge, cómo y porqué se valida en las sociedades modernas. Son fenómenos que tienen implicaciones directas en la toma de decisiones del poder político y económico, así como en la cultura política de los ciudadanos y sus motivaciones para votar.

¿Cómo planea llevar a cabo la investigación? ¿Cuál es la metodología que seguirá?

Utilizaré una metodología cualitativa centrada en la hermenéutica o la interpretación de productos culturales y de hechos sociales, combinando revisión bibliográfica, trabajo de archivo y entrevistas a expertos en emociones políticas y violencia. La idea es obtener una comprensión amplia y con perspectiva histórica de los factores que posibilitan la combinación explosiva entre la ira política y violencia colectiva.

¿Cuál es el período de extensión de su proyecto Fondecyt y cuándo inicia formalmente?
El proyecto tiene una duración de tres años y se iniciará formalmente en abril, pero llevo ya unos años trabajando en estos temas.

¿Cómo considera que la colaboración con colegas internacionales, promovida por Fondecyt, enriquecerá su investigación?

La colaboración con colegas extranjeros es crucial. Pretendo realizar intercambios que permitan aprender de otras experiencias, especialmente de colegas que están en Francia, Estados Unidos, España y Colombia. Esto ayudará a ampliar la perspectiva y enriquecerá los hallazgos de la investigación, pero sobre todo, espero que sea un aporte a la conversación sobre estas temáticas en Chile.

¿Cuál es el aporte macro de su investigación? ¿Cómo espera que influya en la comprensión de la democracia en la actualidad?

Mi investigación desafía el lugar común de que “hay que condenar la violencia venga de donde venga». Busco comprender por qué surge esta violencia colectiva, qué la detona, por qué se valida intelectualmente y qué sucede después de que se contiene o se apaga. Se trata de un fenómeno transversal en las democracias liberales de hoy, que suscita más preguntas que respuestas.

¿Cómo ha sido su experiencia hasta ahora en la Universidad Autónoma de Chile y qué significado tiene para usted la financiación de Fondecyt?

Llevo casi dos años en la Universidad Autónoma y he vivido en Santiago desde hace más de un año. La financiación de Fondecyt es una oportunidad invaluable con la que me siento muy agradecido. No solo contribuye a cualificar mi trabajo, sino que permite darle una mayor visibilidad. Esto es muy significativo para mí, pues como teórico político abordo temas que buscan llegar al público, no solo a los especialistas.

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