Corporación Amor y Esperanza recibió donación íntegra por entradas a obra “Costanera” en la U. Autónoma
Tres destacadas actrices chilenas integran el elenco de una obra en la que personajes de distintas generaciones confrontan sus visiones y perspectivas acerca del amor, la soledad, la maternidad, la muerte y la sexualidad, bajo la dirección de Roberto Poblete y una dramaturgia colectiva liderada por Juan Pablo Troncoso.
Así es “Costanera”, creación del Teatro Ictus con diálogos basados en la prosa de Gabriela Mistral, que se presentó con éxito rotundo ante más de 440 espectadores en la Universidad Autónoma de Chile, en el marco de su Temporada de Teatro 2019 en Providencia.
Paula Sharim, María Elena Duvauchelle y Nicole Senerman proyectan la intimidad de la mujer chilena con un lenguaje contemporáneo, sin concesiones y alejado de las sujeciones históricas impuestas.
“Sentí a un público muy diverso, receptivo; lo sentí concentrado y que disfrutó mucho la función”, dijo Sharim. “Involucrarse en esta propuesta teatral ha sido muy difícil porque tiene que ver con textos de Gabriela Mistral, pero al mismo tiempo ha sido muy especial”.
Toda la recaudación por concepto de entradas a cada una de las funciones de la temporada Teatro en la Autónoma 2019 se entrega íntegramente a alguna institución de acción social.
Esta vez, la donación fue para la Corporación Amor y Esperanza para Niños con Cáncer, cuya administradora, Loreto Gómez, agradeció la entrega y destacó que los más de $900.000 recibidos les permitirán financiar sus programas de atención a pacientes.
“Acogemos a niños derivados del Hospital San Juan de Dios, de muy bajos recursos, y esta donación es muy importante porque somos una organización privada y nos cuesta mucho financiarla”.
“Nuestra relación con la Universidad Autónoma de Chile no es nueva y sí muy fructífera porque nos apoya en muchas actividades: en la fiesta de Navidad de los niños, nuestra colecta metropolitana, y nos brinda sobre todo mucho cariño y dedicación”.
La corporación tiene como objetivo aliviar el dolor físico y espiritual de los niños con cáncer de escasos recursos y hematológicos, en un ambiente cálido y en compañía de su familia. Cada año atiende a cerca de dos mil 600 pacientes.