Las nuevas proyecciones globales dejan en evidencia la grave y creciente amenaza para la salud de la población que significarán el aumento de la temperatura, el calor, la disminución de las precipitaciones y la sequía, fenómenos producto de los múltiples retrasos en la adopción de medidas para mitigar los efectos del cambio climático.

El pasado 15 de noviembre se dieron a conocer los resultados de “The Lancet Countdown sobre salud y cambio climático”, una colaboración académica internacional que reúne anualmente a más de 100 especialistas de todo el mundo. Y en pocas palabras, los resultados siguen siendo alarmantes en relación con el informe 2022.

Los datos son claros: Según la Dirección Metereológica de Chile, entre los 10 años más cálidos desde 1961, 8 han ocurrido entre 2012 y 2021. Las temperaturas extremas y los eventos de olas de calor han aumentado en todos los continentes, y en el caso de Chile, especialmente en los valles desde la zona central hacia el sur. A este aumento de temperatura se suma la mega sequía que se arrastró por más de una década en gran parte del país, poniendo en jaque la disponibilidad de agua para consumo humano y producción de alimentos.

En particular, el informe de Lancet muestra que las muertes relacionadas con el calor extremo a nivel mundial en personas sobre 65 años aumentaron en un 85% en el periodo 2013-2022 en comparación con el periodo 1991-2000. Este aumento es peor en Chile, donde entre 2017-2021 se estimó que las muertes relacionadas con el calor en personas sobre 65 años fue un 225% mayor en relación con el promedio anual de 2000-2004. Por ende, existe una directa relación entre los datos climatológicos y la mortalidad relacionada con el calor en adultos mayores. Es evidente que la inacción climática está costando vidas.

“Las proyecciones de un mundo 2°C más cálido revelan un futuro peligroso y son un sombrío recordatorio de que el ritmo y la escala de los esfuerzos de mitigación observados hasta ahora han sido lamentablemente inadecuados para salvaguardar la salud y la seguridad de las personas”, asegura la Dra. Marina Romanello, directora ejecutiva de The Lancet Countdown en University College London.

 ¿Qué vamos a hacer para evitar ese futuro sombrío? ¿Por qué la acción climática no avanza con la velocidad que se requiere? Las razones incluyen un bajo compromiso político para impulsar acciones transformadoras y un potencial desconocimiento ciudadano de la relación entre la degradación del planeta y la salud humana. Lo cierto es que si no comprendemos la relevancia de estos debates y la necesidad de mejores políticas públicas, es probable que las muertes relacionadas con el calor aumenten tres veces a nivel global para mediados de siglo. El aumento de la temperatura traerá consigo eventos extremos más frecuentes, que continuarán afectando la biodiversidad, bienestar y salud física y mental. 

Este 30 de noviembre comenzará en Dubái la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) y el desafío es que los temas a tratar no queden entre las elites científicas y políticas. Necesitamos que los medios de comunicación y la ciudadanía se involucren, ampliando la discusión pública y el debate.

Desde la Universidad Autónoma buscamos aportar al debate público y concientización del problema, a través del Programa de Cultura Científica “Gea, Salud Planetaria”, generado desde el Centro de Comunicación de las Ciencias y que promueve la comprensión, conciencia y discusión pública sobre este tema, a través de distintos formatos. La inacción climática está costando vidas y lo cierto es que como sociedad necesitamos hacer más esfuerzos para evitarlo.

Iván Suazo, Director Cátedra UNESCO Educación Científica para la Ciudadanía de la UA.
Yasna Palmeiro, Sociedad Chilena de Salud Planetaria.

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