El crecimiento de la población urbana es un fenómeno permanente en el mundo, donde hoy las grandes ciudades siguen recibiendo a personas provenientes de sectores rurales y donde la falta de oportunidades y el difícil acceso a los servicios de la modernidad influyen, sobre todo, en las nuevas generaciones.
Latinoamérica se ha convertido en un claro ejemplo de esta situación. Naciones Unidas estima que en el continente la población urbana creció cerca del 200%; el doble de la población rural, que aumentó en 96%.
Una expansión que ve reflejada en el surgimiento de los “slum household” y en que en Chile se los llama coloquialmente “campamentos callampas”. Un nombre que tiene su origen en la facilidad con que estás comunidades aparecían en terrenos baldíos, donde se construyeron poblaciones sin una mayor planificación urbana que permitiera enfrentar el desarrollo y las necesidades que surgen con el tiempo.
Hoy estos verdaderos “guetos” constituyen poblaciones donde enfrentan problemas como la violencia, la mala alimentación, la precaria o inexistente conexión a servicios sanitarios y la falta de equidad en salud.
Así surge la temática de la “Salud Urbana y la Cohesión Social”, nombre de la charla impartida en Santiago por el Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, Dr. Jorge Las Heras.
“La salud urbana y la cohesión social son temas modernos y bastante necesarios en el desarrollo de las grandes comunidades urbanas en el futuro. Es un área de la salud que no tiene un gran desarrollo, y a la que nosotros como universidad podríamos precisamente incorporarnos, junto con el apoyo que podemos obtener del Instituto Chileno de Estudios Municipales (ICHEM)”, afirmó el académico.
Sobre las posibilidades de vinculación que ofrece este enfoque para esta casa de estudios, sostuvo que “es una oportunidad para trabajar esto en comunas como San Joaquín, donde tenemos convenios de salud”.
Finalmente, relató parte de su experiencia con estudiantes en este tipo de iniciativas. “Se motivan mucho porque se sienten parte de este fenómeno. Ellos pasan a ser promotores de salud; se integran a la comunidad y logran ser reconocidos en ella como actores, algo que es muy positivo para su desarrollo”, enfatizó.