Postularon, fueron seleccionados y se matricularon el primer día de iniciado el proceso. Aunque estudian carreras distintas, Emely, Bruno y Carlos tienen en común haber obtenido buenos puntajes en la PSU y la expectativa de ser profesionales competentes y con una marcada visión social.
Esos fueron algunas de las razones que los impulsaron a elegir la Universidad Autónoma de Chile en Santiago; acreditada por cuatro años, hasta octubre de 2019, en Gestión Institucional, Docencia de Pregrado, Vinculación con el Medio e Investigación.
Con 726 puntos ponderados, Bruno Di Cosmo siempre quiso estudiar Medicina. “Es una universidad que entrega buenas herramientas para insertarse en el mercado laboral, tiene muy buen equipamiento de laboratorios y buenos docentes”.
Uno de los enfoques de la Facultad de Ciencias de la Salud es la promoción de agentes de cambio que promuevan la humanización de la atención de los usuarios. Y ese es justamente el perfil que Bruno quiere dar al ejercicio de la medicina.
“Me llama la atención la acción social. Siento que es una herramienta a través de la cual puedo aportar a la sociedad de una manera efectiva. Y mi aspiración es trabajar en el sistema público”.
Así también se proyecta Emily Arteaga, orgullosa alumna de Enfermería en el campus El Llano Subercaseaux de San Miguel, con un ponderado de 663 puntos. “Me gustaría trabajar en un consultorio. Quizá con el tiempo lo haga en el área privada, pero creo que es ahí donde se necesita más ayuda”.
“Me gusta el trato con el usuario, acompañarlo en su día a día, conocer sus necesidades y ayudarlo lo más posible. Mi carrera posee un componente emocional y psicológico que para mí es muy interesante”.
Su cercanía con la Universidad Autónoma de Chile no es nueva. Su hermana mayor estudia Kinesiología, lo que le ha permitido conocer las materias, las metodologías de enseñanza y sobre todo los campos clínicos.
En una vereda del conocimiento distinta, la Administración Pública combina elementos teóricos y prácticos de la gestión del Estado y las políticas públicas, que en el caso de Carlos Hernández podría desarrollar desde una organización no gubernamental.
“Le pedí orientación a uno de mis amigos, que estudia aquí la misma carrera, y me llamó la atención el que incorpora varias cosas, como la contabilidad, la administración y la gestión pública en general”, recordó.
Tras analizar otras opciones de dónde estudiar, decidió seguir los consejos de su amigo y matricularse, con 632 puntos promedio en la PSU, en una institución de educación superior de calidad y con estabilidad en sus actividades académicas.
En lo inmediato, confía en ser un buen estudiante, obtener buenas calificaciones y aprovechar al máximo la experiencia de la vida universitaria. Y una vez titulado, escoger entre ingresar al sector público o una ONG.
“Me interesan los temas medioambientales, son muy importantes. Y sé que desde la administración pública puedo aportar mucho para que en esa materia tengamos un mejor país”.