A pesar de los avances administrativos y legislativos en el país tendientes a promover la donación de órganos para trasplante, su disponibilidad sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda.
La actual normativa permite el trasplante entre personas vivas solo si están relacionadas entre sí, ya sea por consanguinidad hasta el cuarto grado, estado civil o convivencia. Sin embargo, podrían ser no compatibles, por grupo sanguíneo o examen de compatibilidad, afectando con ello su recuperación.
Tras su reciente aprobación por la Cámara de Diputados, ya está en condiciones de convertirse en ley la reforma presentada inicialmente por los senadores Carolina Goic, Francisco Chahuán y Guido Girardi, que establece la donación cruzada de órganos.
Es decir, aquélla que se realiza entre una pareja donante-receptor vivo, no compatibles entre sí, y otra pareja desconocida en su misma situación. Según explica el proyecto, pacientes que no pueden recibir un órgano de un donante vivo por incompatibilidad, pueden intercambiar donantes.
“Esta modificación permitirá aumentar cuantitativamente la tasa de trasplantes de donante vivo y contribuirá a disminuir las listas de espera, sobre todo para patologías renales y hepáticas, que por lo demás son las de mayor prevalencia”.
Así lo señaló el Coordinador Central de Gestión de Procuramiento y Trasplantes del Ministerio de Salud y director de Campos Clínicos de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago, Doctor (c) Juan Andrés Sánchez.
“Hasta hoy, ocurre por ejemplo que cuando un padre no puede donar al hijo su riñón por ser incompatibles, ingresa a la lista de espera para donante cadáver, que en este caso es de cerca de mil 300 personas. Gracias a la donación cruzada, podrían encontrar una pareja que no sean familiares, con la misma enfermedad y que además sean compatibles”.
Establece también la creación de la figura del donante voluntario altruista vivo, para donar órganos a receptores con las mismas características de compatibilidad, que estén validados e inscritos en los registros del Instituto de Salud Pública (ISP).
“Técnicamente, los resultados de trasplantes de donantes vivos tienen mejores expectativas que si se tratase de un donante cadáver. Al ser una cirugía programada, la hora de isquemia o tiempo transcurrido entre la extracción, traslado y trasplante, es más reducida disminuyendo las posibles complicaciones asociadas”.
Sánchez subrayó que “todo este proceso es tratado y custodiado con absoluta confidencialidad, pues la información y los datos relacionados, son considerados sensibles de acuerdo a la Ley de Derechos y Deberes de los Pacientes”.
Esta modalidad de donación ha sido aplicada en países como Ecuador, Estados Unidos, España y Perú, con cifras positivas tanto en supervivencia del injerto como recuperación del donante y el receptor.