A nivel recreativo, cualquier persona puede jugar bochas; un deporte de mucha estrategia que consiste en aproximar lo más posible bolas de distintos colores a un objeto llamado balín, pudiendo alejar del camino a las de su competidor.
Es una de las actividades físicas consideradas en la rehabilitación de pacientes con discapacidad, pero también se desarrolla a nivel competitivo con jugadores en silla de ruedas producto de parálisis cerebral o discapacidad física severa en cuatro categorías.
Para Francisco Olmos, docente de la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago y técnico de la selección nacional de Bochas Paralímpicas, la práctica de este deporte supone importantes beneficios sensoriales, motores, cognitivos, emocionales y sociales.
Así lo explicó durante en su exposición en el Congreso Internacional de Educación Física y Deporte Paralímpico organizado por el Grupo Bienestar de Ecuador y Fundación Parathelics de ese país, en el que expusieron además destacados profesionales de México y Colombia.
En su presentación, Olmos abordó la realidad de la discapacidad y la historia de ese deporte en Chile desde sus inicios hasta la actualidad, destacando el apoyo permanente de la Universidad Autónoma de Chile gracias a un acuerdo de colaboración con el Comité Paralímpico.
Para el académico, el trabajo de ambas instituciones juega un rol clave en la promoción y profesionalización de las bochas y el deporte paralímpico en general, además de abrir nuevas oportunidades formativas y de investigación en carreras como Pedagogía en Educación Física y Kinesiología.