Mujeres del Futuro
8M: Día Internacional de la Mujer
8M: Día Internacional de la Mujer
Derecho
Santiago, Campus El Llano Subercaseaux
Abogada en formación de la Autónoma, dirigente estudiantil, ayudante universitaria y artesana. Así se define Sandy Joseph en su perfil de Instagram ante una comunidad que supera los 56.700 seguidores.
Sandy (@diosa.haitiana) llegó a Chile en 2017 a sus 15 años. Es de origen haitiano, nacida en República Dominicana. “Nací apátrida en República Dominicana por conflictos históricos que tienen con Haití, por eso no me dieron la nacionalidad. Lamentablemente fui una persona que nació en esa situación y no tenía esperanza de estudiar allá”.
Es activista por los derechos de las mujeres afro en Chile y utiliza las redes sociales para empoderar a otras mujeres y apoyar a migrantes. En el año 2021 presentó un informe a Naciones Unidas sobre casos de violencia que se viven en el país y actualmente trabaja como procuradora en un estudio de defensa jurídica.
“Haber nacido en condición de apátrida, ser migrante y vivir situaciones de injusticia, fueron algunas de mis motivaciones para aprender sobre las leyes de este país y en el futuro poder abogar por los derechos de mi comunidad. Después de 4 años me alegro de haber tomado la decisión y ahora que comencé a procurar siento que fue lo mejor”.
“En mi comunidad existe una gran barrera: el idioma. Todas las denuncias eran hechas en criollo haitiano y yo necesitaba que la gente supiera lo que estaba pasando. Comencé difundiendo casos graves, pero llegó un momento que decidí tomarme un tiempo porque es muy difícil estar involucrado de manera tan cercana”.
Sandy es de las pocas creadoras de contenido afrodescendiente que hay en Chile. Diosa Haitiana, como se identifica en las plataformas digitales, nace porque “nadie asocia a una mujer haitiana con una deidad y dentro de todos los nombres que podrían captar lo que yo quería transmitir, ese dio en el clavo”.
“Al principio me dio miedo, pero luego pensé que las mujeres haitianas también pueden ser unas diosas, somos bellas”, añadió.
“Me gustaría tener los medios para hacer más por mi comunidad, viajar y conocer a mujeres afro del país. Otra barrera puede ser no tener suficiente tiempo para dedicarme a las redes sociales, mi prioridad ahora es estudiar para ayudar a mi familia en el futuro. Para mí, hay una intersección entre ser mujer, migrante y precarizada. Existen muchos prejuicios y rechazo hacia mi nacionalidad, etnia y cultura”.
Los efectos se verán en el futuro. Quiero que las próximas generaciones no vivan la discriminación ni el racismo que yo viví en el colegio. Las niñas afro también tienen derecho a soñarse en cualquier área, así como yo que pronto seré abogada. La diversidad no es un defecto».
Química y Farmacia
Santiago, Campus Providencia
Desde niña le preocupaba el medio ambiente. A sus 18 años, cuando apenas cursaba el segundo año de Química y Farmacia, Antonia comenzó a investigar junto a su tutor, el Dr. Juan Matos, una alternativa para descontaminar las aguas con el uso de nanomateriales como la cáscara de arroz.
Fue en 2020 cuando se unió al Programa de Iniciación Científica que lidera la Vicerrectoría de Investigación y Doctorados de esta casa de estudios. Dos años más tarde presentó los primeros resultados de su trabajo en el Congreso Iberoamericano de Tecnologías Avanzadas de Oxidación (Perú) y el 2023 en la Conferencia Mundial del Carbono (México).
“La investigación me ha permitido conocer a mujeres extraordinarias con temas de estudio muy interesantes. Ellas son un referente para mí, así como me gustaría serlo para futuras generaciones”.
“Que se atreva y olvide los estereotipos de género. Todas somos capaces de tener éxito en cualquier área, incluso en aquellas que no son lideradas por mujeres principalmente”. Enfrentar sus miedos llevó a Antonia a descubrir lo que le apasiona.
Aunque ya culminó su pregrado, sigue dedicada a la investigación a tiempo completo y espera comenzar pronto sus estudios de postgrado. “Me gustaría presentar nuevos resultados de mi investigación, esperando que estos sean potenciales soluciones a toda la problemática ambiental que estamos viviendo”.
Para Antonia, todavía queda mucho por avanzar en la participación de la mujer dentro del mundo de la investigación, pero “eso no significa que nosotras no podamos tener un papel importante”.
“He sido parte de congresos internacionales que en su mayoría son liderados por hombres, pero esto no es una barrera para mí, sino que me motiva a seguir luchando por mis sueños y continuar creciendo en el mundo de la investigación en compañía de otras mujeres”.
Enfermería
Temuco
Para Bianca, el Kenpō (arte marcial) es “una herramienta para la vida”, no una disciplina masculina como algunos suelen percibirla. Comenzó a entrenar junto a su padre cuando era una niña y en los últimos años ha logrado importantes medallas en competencias nacionales e internacionales.
Esta carismática joven de cinturón negro sueña con motivar a más mujeres a aprender sobre esta disciplina que tanto la ha ayudado a crecer en diferentes aspectos de la vida.
Actualmente, Bianca estudia segundo año de Enfermería en Temuco y aunque espera ejercer su carrera en el futuro, quiere seguir compitiendo y demostrar al mundo todo su talento deportivo.
“Al ver que soy mujer creen que soy más débil. Piensan que no tengo las mismas capacidades o el mismo conocimiento que los hombres pueden tener, pero para mí eso no es un obstáculo. Lo tomo como una motivación para demostrarles a las personas y a mí misma que se equivocan. Soy más de lo que piensan”.
“Soy un ejemplo para los demás y me gustaría que otras mujeres se empoderaran. Hoy no permitiría que alguien me pase a llevar, desarrollé mi capacidad de defensa y no me refiero a lo físico, sino a lo emocional”.
“Siempre me ha gustado ayudar a las personas, lo decidí en segundo medio. Mi abuelo enfermó de cáncer cuando era chica y eso me impulsó más a estudiar una carrera del área de la salud”.
Según Bianca, “hacer las cosas por uno mismo es el sentimiento más grande que existe. Estudio para tener un buen futuro, ser profesional y dedicarme a algo que me apasiona”.
Ingeniería Civil Industrial
Talca
Cada vez es más frecuente que las mujeres se motiven a estudiar carreras que históricamente han sido demandadas por hombres. Desde niña, Javiera se interesó por algunas de ellas y al egresar de cuarto medio eligió ingeniería.
Hoy tiene 24 años, cursa el último ciclo de Ingeniería Civil Industrial y se encuentra trabajando en un proyecto que busca industrializar la producción de bioplásticos. Su investigación dará continuidad al estudio de la Dra. Yaneris Mirabal, académica e investigadora de la Autónoma, quien concluyó que sí es posible desarrollar un textil biodegradable y compostable cuya materia prima es el estiércol de vacuno, para sustituir el plástico (mulch o mantillo) de uso agrícola.
“Siempre me ha gustado investigar, hacer algo innovador. Emplear todo el conocimiento que he adquirido durante la carrera para que este prototipo alcance una escala mayor, es súper satisfactorio. Quiero ser un aporte a la comunidad y seguir trabajando con la profesora Yaneris (Mirabal)”.
“Sí, se preocupan de que el estudiante saque adelante sus propias ideas. Los profesores tienen mucha cercanía con nosotros y se aseguran de que no queden dudas sobre la materia. Aunque hay más hombres que mujeres en la carrera, no hay diferencia y nos dan las mismas oportunidades a todos”.
“Sí, pero la sociedad ha ido evolucionado a tal punto que las mujeres prácticamente tenemos las mismas oportunidades que los hombres. En la medida que seamos más mujeres en esta área, vamos a motivar a otras jóvenes. Si quieres estudiar ingeniería, atrévete y no tengas miedo”.
“Sí, pero la sociedad ha ido evolucionado a tal punto que las mujeres prácticamente tenemos las mismas oportunidades que los hombres. En la medida que seamos más mujeres en esta área, vamos a motivar a otras jóvenes. Si quieres estudiar ingeniería, atrévete y no tengas miedo”.
“Siendo independiente y retribuyendo a mi mamá todo lo que me ha dado. Mi meta es vivir fuera de Chile, crear mi propia consultora y asesorar a otras empresas”.
Javiera creció rodeada de mujeres. Su mamá, abuela y hermana (quien es fonoaudióloga egresada de la Universidad Autónoma) han sido los pilares de su proceso académico. “En casa me inculcaron que la mujer puede lograr lo que se proponga, sólo hay que fijarse objetivos”.